Mi historia triste.

Mi vida no es una historia triste.Triste es la historia que tenía por contar; Cuando la conocí creí definir-la como una de las personas mas polifacéticas, variables pero agradables. Ella tenia en sus ojos dos cerezas rojas. Era inquieta y sutil. Dulce y cortante. Déspota y gentil. Admiraba su rareza, su confianza y la plenitud en su sonrisa. Ella era cálida en los días fríos, fría en los días cálidos. Su rostro si mucha forma, su piel sin mucha profundidad. La observaba cuando caminaba con sus pasos en el aire... Y con la vida flotando. La perdí de vista un día. No supe de ella por meses, me dijeron las malas lenguas que se había enamorado y como en cada historia de amor que he escuchado, le habían roto el corazón. No la busque, sabía necesitaba tiempo para reponerse, días, meses, pero fueron años. Su corazón era esa parte blanda que se encuentra después de ese cascaron duro. Pero las personas olvidan ser personas, p...