Etapa final

Parece que era el final de la historia, pero parecía que apenas empezaba a doler.

He perdido hasta la magia para escribir, los versos están desgatados y la inspiración muerta. 

Hay un cadáver afuera de mi habitación y he cerrado las puertas que dejé entre abiertas por sí alguien pretendía regresar.

He cerrado todo y me he quedado sola, sola con los fantasmas en mi cabeza, con las lágrimas en mi mejilla, con los ojos fundidos en sueños perdidos, me he quedado a solas conmigo, con mi otro yo, con el yo de mi otro yo y con algunas de esas variaciones que aparecen por días.

Me he revolcado un par de horas sobre mi cama, he gritado en silencio, he pretendido liberar mi alma de tantos quereres vacíos, me he sentado con mi conciencia y me aceptado mi realidad y he concluido con mi resignación.

Punto aparte escribí sobre el texto, repetí en mi mente, pronuncie con la vos entrecortada y los sollozos que resonaban en algunos instantes.

La vida es rara... ¡No!. Es mi vida la que esta pintada como un cuadro de Picasso, soy yo la protagonista de mis problemas, la cantante de mi lamentos y la agresora de mi dolores.

Humanos que nos llaman, humanos que somos, simples mortales, simples mundos y yo, que soy universo dentro, un universo en medio de la sociedad y una galaxia completa en las tardes como estas. 

Etapa final, para sentir el sabor de lo que termina y entender la precisión con la que no entendemos absolutamente nada. Para alardear sobre nuestra capacidad para auto-entendernos, para consolarnos y buscar culpables, solo para evadir la responsabilidad de la soledad, de lo que somos, de lo que perdemos y de lo que a veces tenemos que dejar ir.