Entre historias.
Caminé bajo la ciudad del sol, sin sol.
Con estos días indecisos que aumentan la sequía.
Amanece y el calor te arropa de pies a cabeza,
sales de la ducha y estas automáticamente cubierto de mugre.
¡Mugre! me han llamado varias personas, que sin lugar a duda he querido mucho.
Entre esta historia y otras coincidencias, he vivido momentos cruzados e inesperados.
Lo inesperado a veces en bueno, entre ello está él, ella, piedras, sonrisas, lágrimas, vida.
¡Vaya vida! le debo a todos un poco de ella, pero cuando escribo y escribir me cuesta, pienso detalladamente los giros que he tenido en los últimos 4 años, no recuerdo ni un tercio del resto mi autómata vida.
Soy pasajera y libre, sobre todo ello de la libertad; aplica en mi desaplicada vida.
La insensatez también me acompaña, a veces menos humana, a veces un tanto sensible e irritable.
Aún no encuentro alguien como yo. Y por aclarar, no es cuestión de narcisismo, es más un patética necesidad de querer encajar.
Encajar como una sardina en una lata; cómo todos ustedes son visto desde mis ojos.
Ojos que miraste y que alguna vez amaste. En pasado porque él (tu y los otros) ya voltearon la página y aunque les fue difícil, me han dejado ir con el olvido.
Olvido que se fue con la mayor parte de mis recuerdos, por lo cual olvidé los sucesos, pero no olvido quienes lo causaron. No es cuestión de venganza, ni de rencor, nada de eso, es más un acto de precisión, de gusto, de aferrarse.
Aferrada siempre a ideas, dejando un tanto la realidad, viviendo un poco más allá.
Allá donde por coincidencias del destino, se me aceleró el corazón, bastante encaprichado.
Corazón que no se enamora, que siente, se destruye y se repara.
Enamorarse es el pasatiempo favorito de las personas, pero aún no descubro la técnica, estoy hecha de malas practicas.
Suelo ese personaje de muchas caras, pero aún no me hallo en ninguna, algunas veces me entrego a todas.
Todas las historias que escribí en diferentes cuentos, poemas, reseñas, discursos o anotaciones.
En ellas podes hallarme, con precisión, sólo si aprendes a leer y dejas de suponer, si quizás entre lo obvio miras más allá de la nariz, sonríes y disfrutas, total para eso esta hecha la vida.
Con estos días indecisos que aumentan la sequía.
Amanece y el calor te arropa de pies a cabeza,
sales de la ducha y estas automáticamente cubierto de mugre.
¡Mugre! me han llamado varias personas, que sin lugar a duda he querido mucho.
Entre esta historia y otras coincidencias, he vivido momentos cruzados e inesperados.
Lo inesperado a veces en bueno, entre ello está él, ella, piedras, sonrisas, lágrimas, vida.
¡Vaya vida! le debo a todos un poco de ella, pero cuando escribo y escribir me cuesta, pienso detalladamente los giros que he tenido en los últimos 4 años, no recuerdo ni un tercio del resto mi autómata vida.
Soy pasajera y libre, sobre todo ello de la libertad; aplica en mi desaplicada vida.
La insensatez también me acompaña, a veces menos humana, a veces un tanto sensible e irritable.
Aún no encuentro alguien como yo. Y por aclarar, no es cuestión de narcisismo, es más un patética necesidad de querer encajar.
Encajar como una sardina en una lata; cómo todos ustedes son visto desde mis ojos.
Ojos que miraste y que alguna vez amaste. En pasado porque él (tu y los otros) ya voltearon la página y aunque les fue difícil, me han dejado ir con el olvido.
Olvido que se fue con la mayor parte de mis recuerdos, por lo cual olvidé los sucesos, pero no olvido quienes lo causaron. No es cuestión de venganza, ni de rencor, nada de eso, es más un acto de precisión, de gusto, de aferrarse.
Aferrada siempre a ideas, dejando un tanto la realidad, viviendo un poco más allá.
Allá donde por coincidencias del destino, se me aceleró el corazón, bastante encaprichado.
Corazón que no se enamora, que siente, se destruye y se repara.
Enamorarse es el pasatiempo favorito de las personas, pero aún no descubro la técnica, estoy hecha de malas practicas.
Suelo ese personaje de muchas caras, pero aún no me hallo en ninguna, algunas veces me entrego a todas.
Todas las historias que escribí en diferentes cuentos, poemas, reseñas, discursos o anotaciones.
En ellas podes hallarme, con precisión, sólo si aprendes a leer y dejas de suponer, si quizás entre lo obvio miras más allá de la nariz, sonríes y disfrutas, total para eso esta hecha la vida.
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