El primero.

Bien se sabe lo complicado que es mi vida, lo complicado que lo hago todo, no sé si por placer o por locura interna; esa locura que no te hace feliz, ni te premia, sólo te identifica. Te marca, te pone justo en el centro de la Diana, como carnada para tus propios demonios y te consumes como los días que no se fuman en un cigarrillo. Estas colgada sobre el alambre como un trapo viejo, desgastado por el uso, exprimida y sin zumo, eres solo la  cascara amarillenta, o en exceso eso decidiste ser.


Él debería saber que es el primero.
El primero aunque parece el último.
Él debería saber que me gusta.
Me gusta cuando esta callado pensando 
Y el silencio sonroja sus mejillas, condecora sus pecas.
Él debería saber que lo quiero.
Pero lo machaco de pocos halagos.
Lo visto de muchas excusas.
Él debería saber que soy solo palabras.
Soy una historia de miedo, de fantasía, podría ser de vez en cuando una poesía.
No tengo cuento, 
Tengo anécdotas, historietas.
Una que otra receta. 
Soy un álgebra de Baldor  o libro de John Green,
La Saga del Señor de los Anillos o mil historias de Harry Potter.
Soy la hija de Peter Pan.
O sólo una inmadura más.
Soy aunque no quiera ser.
Soy a veces de hierro 
Y a veces de Papel.
Soy tan todo yo.
Narcisista por recriminación.

Él debería saber que no sé.
Qué me quedo atorada en un tal vez.
Él debería entender.
El miedo que causa el solo querer.
Él debería admitir. 
Lo difícil que es resistir una historia circular
Que a veces se mueve por las olas del mar.
Él se debería marchar.
O con un escudo caminar.
Él debería aceptar.
Lo mucho que cuesta, si a mi lado se decide quedar.

Él debería saber que es el primero.
El primero que te hace sentir amada.
Aunque ansiosa esperes que sea una mentira planeada.
Él debería saber que es el primero.
Con el que podrías dormir todas las noches.
Si todos mi yo durmiéramos en la misma cama.
Él debería saber que lo quiero.
Pero no sé quererlo y no es falta de amor.
Es materia bruta.
No se moldea tan fácil, ni brilla.
Está ahí. 
Ahogándose con Barro.
Enterrada en las raíces de los arboles de la vida.
´
Él debería saber que no quiero que se vaya.
Él debería saber que es el primero,
Que demuestra que la felicidad no tiene que ser efímera. 






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