La vida en dos fragmentos.

Definiendo temas importantes; descubres que tu orden de prioridades son una pila de jenga a punto de desmoronarse. Culpas a la luna, a la marea, a las emociones y salé el sentido común a defender con una ridícula explicación, la causa de tus continuos errores: 
Toma nota.
Somos personas con metas, pero a veces no equivocamos de carrera.
Somos personas distraídas, mejor qué eso, somos personas que queremos vivir en el presente pero lo vivimos en el cómodo sillón de la sala, en la habitación, detrás de personas, en medio de relaciones dañinas, estamos con las manos llenas de trizas, de ausencias prolongadas por la necesidad latente de justificarnos, de no luchar, porque tenemos continuamente los pensamientos en guerra. No es cuestión de fragilidad, nacimos hechos de mala actitud y polvo de hadas; de hadas políticamente incorrectas.
A veces uno va por la vida tan falto de prioridades, tan desordenado que elige entre mil obligaciones divagar, ya sabes para alimentar el ocio ó sólo porque a veces divagar es nuestra mejor cualidad; esa que te permite una frase intelectual que roba sonrisas y capta miradas profundas. Haces chispa, tu cerebro llega a su nivel máximo de efusividad y tres minutos después recuerdas todo el resto de realidad que estas constantemente ignorando y eres amargo como un café después de una ruptura. Después de años sin superar la misma ruptura, después de tres parejas diferentes y seguir sin superar esa ruptura; lo mejor es que ya ni siquiera entiendes que te duele, sólo dejaste que se quedará ahí... Justo en un lugar importante donde deberían estar varias de tus metas. 
Pero eso es lo bonito de la vida. Cada cosa tiene un lugar y cada personas un destino ó eso empecé a creer cuando superé la ruptura. Ya saben toman daños darte cuenta de los años que eres patético, desordenado y cobarde. Sobre todas las cosas eres flojo.

Volviendo a las cosas importantes (tengo la necesidad vana de siempre divagar)
Hace más de un año que conocí un sujeto, él se hizo importante en mi vida, no fue necesario invitarlo, el construyó su casa en mi árbol y me invito ahí a pasar el rato y sigo aquí sentada en su silla, escribiendo en su computadora, mirando su perfil, pensando en que va creer de mí después de leer esto, creyendo que vuelvo a divagar, porque se acaba la historia y aún no se las empiezo a contar.







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La historia (A modo de crónica)

Temas importantes
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Debo matricular las materias que aplacé.
Debo dejar de procrastinar  leyendo a gente pendeja como yo.
Feliz noche.




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