Trozos de masoquismo
Cuando era una niña aprendí a decir mentiras para tapar las acciones de otros, cuando crecí odiaba las mentiras aunque podía decirlas con facilidad y ser muy creíbles, sin embargo, después de despertar de una gran mentira decidí no mentir por decisión, desde entonces todo es más Dificil pero más real.
Nos hemos mirado a los ojos y hemos sonreído creyendo que era sincero pero no hay nada sincero en quien nos usa como objetos, nos quiere como juguetes y nos desecha cuando tiene un juguete nuevo.
Nos hemos mirado a los ojos y nos hemos besado el alma, creyendo que lo que sentimos atraviesa murallas pero no llena ni tres horas de un corazón incapaz de amar.
Nos hemos mirado a los ojos y nos hemos dicho un "te quiero" tan falso como la lluvia en las películas del cine.
No hemos estado mintiendo, tu a mi y yo a mi.
Mala elección, elegir así.
Crees las mentiras de otros, pero no te llenas de mentiras para seguir comiendo trozos de masoquismo que no llevan a ningún lugar.
Nos hemos mirado a los ojos y está vez he podido mirar más allá del brillo, de la sonrisa, de los te quiero, de las caricias, no hemos mirado a los ojos y ha dolido como una puñalada en el centro del corazón.
La agonía y el silencio hicieron oscura la habitación, me he quedado sin voz de tanto gritarle al sujeto del espejo que ¡Por favor te deje de amar! Pero se ha sentado en el suelo y ha llorado sin parar como un adicto sin su veneno supernatural.
Lo he mirado de reojo y la sopa de mentiras no alcanza para sobrellevar otro día más.
Nos hemos estado mintiendo y aquella mentira no está empezando a asesinar.
AranttzaM
Comentarios
Publicar un comentario