¿Cómo te llamo?

Yo me perdí el día que me choque con tu sonrisa.

Mirándote de reojo supe a la semana siguiente que estaba plena a tu lado, tarde 561 días en aceptar que estaba enamorada de ti hasta los huesos. Me costó 90 días soltarte de mi corazón y dejarte volar tan alto que no pude alcanzarte pero aún así en mi mente pude recordar tu aroma.

Desearía dejar de escribir para ti pero mi corazón sigue a tus pies y mis sonrisas al aire sin dueño. Estas en todas partes en mi mente, menos a mi lado. No duele tu ausencia deberías saberlo, duele la idea de no hacerte sonreír una vez más.

No estoy segura de como llamarte, debería decirte olvido pero eres lo mejor que sentí en mi vida, debería llamarte plenitud, pero hace un tiempo que no estas y solo son los buenos recuerdos son los que me arrebatan sonrisas.

Cierro mis ojos y te veo, nadie me mira como lo hiciste tu. ¿Cuánto tardaste en mirarme así? trece días y dos años después me miraste con el mismo brillo y la misma admiración que nadie sintió por mi. Me miraste tantas veces con el alma que aún todo lo malo lo borraste con una mueca torcida. 

Tanto y tan poco tiempo a tu lado que hubo un sin fin de historias por vivir. Ojalá que el tiempo fuera tan lento como mi corazón, pero el reloj sigue corriendo y yo aún esparzo las cenizas de tu amor por las calles que caminamos juntos. 

Estoy enamorada de ti pero no te quiero conmigo, no te quiero a mi lado, no quiero despertar cada mañana mirando tu rostro, quiero verte como te veo justo ahora, feliz, completo, sereno, siendo tan tu, que mi corazón sigue palpitando con tu nombre. 

Deberías saberlo, el amor es más que retener y yo trabaje tanto en aprender a soltar, que ya no sé retener a nadie. No te culpo, no puede quedar con un mal recuerdo en un amor tan lindo. Fuimos el accidente más hermoso del universo y le agradezco a la vida por cada día de tu vida. Porque cuando la noche llega las enseñanzas reposan sobre mis mejillas y me susurran que fuiste el mejor viaje en tren y me dejaste en la estación del éxito, donde decirte adiós fue el principio de amor más grande del mundo. 

¿Cómo quieres qué te llame?

Amor de mi vida para mi, estaría bien.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Los nombres que marcan mi reloj

Sobrevivir y revivir, vivir

Lazos (Carta a L.A.R.)