Anti-sonata.
Tres colores opacos,
y sus labios que no saben a miel.
Tres noches en vela,
y su sonrisa que no tiene secuela.
Tres años perdidos,
y él que me mira con pasión.
Tres mentiras más y seré la misma,
torpe y sin reparación.
Que conflicto es escribir en verso,
y coincidir en esto con algún esfuerzo.
No sabía por donde empezar
y comencé casi en el final.
Estoy descompuesta,
como los carros viejos y esta situación sí que apesta.
Tres tornillos debieron zafarse de mi,
así podría explicar lo bajo que caí.
Pensé que escribir sería fácil siempre,
pero está noche nada es como antes.
tengo los dedos de gigantes.
absurdos y errantes.
El tiempo se hizo mi enemigo,
emotivo y conflictivo.
Ha causado un invierno repentino.
Las noches que fueron de la luna aquella
parecen una mañana sin estrellas.
El sol me mira de reojo,
creo que ha desquitado todo su enojo.
Y estoy aquí.
Con la cabeza confundida.
Sin remedio, sin medida.
Como una niña perdida,
sedienta de un él que no tiene salida.
Tres versos más y me quedaré sin aliento.
Tres versos más y le suplicaré al viento.
Que regreses conmigo,
que no vuelvas jamás.
Que no me permita caer,
en este juego fugaz.
Dos versos y un café.
Por sus ojos color fe.
Un verso o un adiós,
para ver sin me voy sin él y me quedo con vos.
Es como un circo de pulgas, muy cómico, pero al mismo tiempo muy trágico.
ResponderEliminar--Buen verso sin mayor esfuerzo
Mujer diamante, mujer errante.--