Cátedra de mentiras.
Si fuera yo quien hiciera poesía a la luna, entonces escribiría un par
de mentiras para que ella nunca se fuera de mi lado.
Saben que ya no escribo por respeto.
Ya no sueño por obediencia.
Ya no quiero por humildad.
Ya no extraño por costumbre.
Saben que ya no escribo por respeto.
Ya no sueño por obediencia.
Ya no quiero por humildad.
Ya no extraño por costumbre.
Solo estoy aquí, sin estar en un solo
instante.
Como el alma presa de un cuerpo, con
la breve esperanza de que realmente existe dicha esencia dentro de mí, que
habla en medio del bostezo y sonríe después parpadear.
Magia le llaman, niñez le puse a mi
alma, solo porque así nunca olvidaría lo que significa.
A ella siempre le escribo y es ella
que escribe por mí. Susurra con voz de infante lo que la luna le cuenta y yo
que ya ni la miro no comprendo lo que dice.
El amor es cuestión de uno solo,
aunque uno siempre se enamore de otro.
Por decencia ya no miento, por
costumbre ya no quiero, por decisión ya no creo y un mar de sandeces que se
cubren con mi ropa gris.
Y es que las personas creen conocerte
por lo que dices, por lo que escribes, por cómo te expresas, no saben que somos
seres razonables capaces de fingir. Somos un misterio que entre más se
resuelve, más incógnitas contiene.
Hoy me encontré dos personas cogidas
de la mano, sus ojos se encontraba como bailando en medio del ocaso, ella era
sol, él era luna y yo tan solo era la tierra, materia que esta por caducar.
Soy amada, pero no quiero ser amada,
sonrío pero no quiero ser feliz, estoy cansada pero no quiero dormir, lo quiero
pero no quiero tenerlo, lo tengo pero no quiero quererlo, así y
en viceversa y de la misma manera me siento cada noche bajo la luna
aquella.Cátedra de mentiras que ya nadie se cree...
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