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Mostrando entradas de octubre, 2015

Tusas eternas

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Me levanté de la cama, me miré de reojo en el espejo. Los ojos estaban cansados, irritados y secos. Había llorado a su lado la noche anterior sin que él se diera cuenta. Era de esos pocos amaneceres en las que duermes acompañado, pero te sientes más solo que de costumbre. Las veces que he dormido con él, me ha roto el corazón lo suficiente para no querer ver mi reflejo, para no aspirar a ver su sonrisa.  Es un acto de masoquismo seguirlo queriendo. Hasta este día lo esperé, pero hoy he creado un cronograma de actividades que no lo incluyen, si quiera su recuerdo tiene espacio en mi vida.  No estaba molesta con él, estaba de luto conmigo, tanto, que las lágrimas parecían limpiar mi alma.  El amor cambió hoy desde que me despedí con un abrazo y me monté en ese bus, para escribirle lo que no podía decir con mi boca. -" Voy a salir con otras personas ", murmuraba mi mente, pero fui incapaz de decírselo, por que esperaba que no quisiera irse, que desear...

El fin es el comienzo

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La fría noche Cayendo sobre los deslizantes dedos que desnudan mi alma. Que gotean lágrimas de placer Sobre las salvajes montañas que cruzan mi ser. Abran los cielos ahora, Mis ojos han llegado al paraíso. Palpita mi pecho... Sobre los candados abiertos. He sabido llegar, Con destellos y maldad, Justo a la cima mortal. Sonrío sin prisa, Tu mirada me acaricia, Con frenesí y descontrol. Se tiemplan mis raíces Curando todas mis cicatrices. ¡Estoy viva! Grita mi cuerpo Sin cesar. Te clama mi iniquidad. Me resguardo en tu costillar. Contento y sediento. Fuego fugaz; Me quema hasta el respirar. Con tu insaciable enfermedad Que me quiere devorar. Chocan las nubes de mi espalada baja. Bailan serenos, Los músculos tiernos. Te tengo en el medio. De centro a centro, Me vas consumiendo. ¡Sudor, fuego y pasión! No me toques, Ni un milímetro más ¡Por favor! Estoy en mi fin. Mi corazón quiere huir. Corre sin av...

Diagonal

Me tracé como han de suponerse en diagonal, no de manera recta, porque hasta mi vida es una curva de altos y bajos. No podía ir paralela a su vida; hablando de él. Tuve que atravesarme de la manera más sutil y crónica.  Era un ciclo que decidía repetirse cada no se cuanto tanto tiempo. Estaba allí, me movía en diagonal a toda su existencia. Pasé por un montón de sus historias y me salté con excepciones, una infinidad de insignificantes detalles sobre él. Unas tres veces al año, era un extraño, que yo no extrañaba, que no quería, pero que sentía me hacía re vivir, después de hacerme sufrir. Trágica historia la nuestra. Nosotros que decidimos ser nada, ser olvido, honestidad, cálidos abrazos, lágrimas y despedidas. Surgimos de un diminuto punto, de esos que no tienen fin, que sólo cuando ves pasar el golpe de los años te das cuenta que podría ser eterno, pero le temes a lo que para siempre parece ser intermitente, con un querer que muere y revive jugando a ser Jesús y sabes de ...