Cómo si existiéramos.
Llover bajo el cielo y la sombra de los ojos.
Llover con el alma fría y el corazón descontento.
Cómo si existiéramos.
Cómo si pudiéramos ser más que una historia mal contada:
Has entrado por la ventana de mis sueños, con el rostro que
mi memoria deforma, te has quedado sentada sobre la silla que nadie usa y me
has contado a carcajadas lo feliz que fuiste. La noche es demasiado corta y
despierto, te busco pero no estas, cierro los ojos y no te encuentro, eres como
el azar y juegas conmigo; Te alimentas de mi soledad y tu plato fuerte es mi
realidad, simple, vana, llena de dependencias absurdas. Estoy atrapándome con
mis propios actos, con los pies tallados de raíces rotas, me entiendes pero tu
tiempo ha terminado y yo sigo aquí, con la mente allá, caminando con pasos lentos que titubean ante el resoplo del viento, que está tan frío que duele,
duele como si tu mano sujetara mi corazón tan fuerte, que las gotas de sangre
se deslizaran por mi pecho y los días fueran eternidades en la sala de espera de
un hospital público.
Te extraño y lo escribo, para que mientras me leen vivas o
renazcas, para que te encarnes en la mente de sujetos que no conocimos, para
hacerte inmortal y vencer a la muerte, para mentirle a los años en los que
perdimos, para que no duela y la lluvia no pese sobre mis mejillas, porque no
puedo dejar de ser egoísta y te he amarrado a mi vida como si te necesitara
para seguir adelante, porque tengo miedo y no me avergüenza decirlo, porque soy tan frágil que me escudo en tu recuerdo, porque si mueres, la historia morirá
conmigo.
30/10/1991
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