Un vaso de agua, por favor.

No deseo el sabor dulce de un jugo natural, ni el sabor refrescante de una bebida artificial; Un vaso de agua, por favor, algo para pasar este dolor.

¿De dónde nace el dolor? ¿Dónde da a luz? ¿Quién lo concibe?
Después de muchas mentiras a nosotros mismos, hoy quiero ser terriblemente sincera, pesimista, realista y con suerte, estar equivocada. 
El dolor se ha hecho una particularidad innecesaria en las costumbres que se sientan en mi mesa imaginaria. Estaba lista para confrontar sus dilemas y me he sentado a preguntarle cómo se siente; me sorprendió saber que estaba cansado de hacerme padecer tantas cosas, me suplicó que me detuviera ahora y soltara las cuerdas que arrastraba con mi alma. Entre sollozos me explicó cuanto le duele, el dolor que paso con vasos de agua infinita, solo para no quedarme ahogada en instantes de la divina existencia. 

Es el último día del año y no quiero mentirme más.
Estoy cansada hasta las entrañas de luchar.
Destruida hasta los huesos de levantarme con la fe puesta en mí.
Ahora hasta el viento me lastima.
Las sonrisas que se forman, llevan tanto dolor en sus curvas, que sonreír duele.
Soy una extraña otra vez, de visita en este cuerpo que está tan vacío. 
Todo huele a soledad.
Es el dolor que no deja ciegos. 
Nos marchita con tantos silencios.
Nos destruye con tantos fracasos.
Y está bien, no lo odio.
Entiendo que está aquí por mí.
Yo lo invité.
Yo lo dejé jugar con algo más, que mí ser.
Es una cita más.
Una noche sin luna, ni lugar.
Una esfera de colores azules.
Una eternidad de preguntas.
¡Vamos! dame un vaso de agua, por favor.
El dolor, tiene tu sabor.  
No te quedes inmóvil.
Ni me mires de lejos.
No te estoy pidiendo que luches mis batallas.
Solo un poco de misericordia.  
Un sorbo de dignidad.
Algo que haga juego con mi lealtad.

 

 
 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Discurso sobre el amor (Es tan obvio que no creemos que sea cierto)

Sobrevivir y revivir, vivir

Lazos (Carta a L.A.R.)