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Mostrando entradas de mayo, 2020

Fracasos (carta a un ideal)

Querido ideal ya es casi la media noche y no has salido de mi mente, tu siempre tan presente y tan ausente en la realidad. Estos últimos días han sido un delirio, un martirio y entre otras tantas coincidencias, me he sentado en la única silla de mi habitación y me he quedado inmóvil por horas con el pensamiento frecuente de lo que representa tu nombre: Fracaso. He dormido contigo y le he hecho el amor incontables veces a tu ideal, que es más irreal que soñar despierta, con los ojos abiertos y los brazos cruzados. Pero ahí estás todos los días cuando me levanto, culumpiandote en mis pensamientos como todo un capataz, rebotando en mi mente impulsos sin sentido, sobre un sentimiento que nunca llegará.  He cometido muchos errores pero conmigo, esos son los peores. Esta noche el incierto me ha tocado el corazón y entre cenizas, prisas y sin sabores me he puesto en pie, con los dedos casi muertos por la sangre que no corre por mis venas, por la decisiones incapaces de tomar, por las cont...

Esclavos del deseo ( carta a J.S.M.)

Querido extraño, Últimamente nos miramos a la cara y nos reconocemos, nos quedamos como prendidos del recuerdo de lo que un día fuimos, sé tu historia aunque no sabes la mía pero no somos tan diferentes como creerías, en las noches miramos el mismo suelo y entre el desconsuelo miramos la misma Luna, solo por si acaso un respiro nos salva.  Esclavos de los deseos más mundanos, de los placeres más vacíos, de los instantes sin gracia ni redención, buscándonos en el reflejo de cualquier pantano, en la brisa de cada suspiro y al final perdidos nos culpamos, volvemos pasos atrás con prisa, con miedo, con el vacío del ausente; que somos nosotros mismos. Esclavos de los deseos, adictos a nuestro embarque sin barco, sin capitán ni destino. ¿A qué le temes me pregunto? Si somos la oscuridad ¿Es acaso la luz la que nos atormenta? La claridad de una vida, los sueños, las metas ¿El futuro?. Esclavos de los deseos querido hermano, rendidos ante las batallas en vez de lucharlas espalda con espald...

Sonrisas Rotas (Carta para A.S.)

A carcajadas para A.S. Miradas lejanas e intercambio de sonrisas, un par de chistes y el día se hace liviano casi como una tarde bajo la lluvia en un café con una grata compañía. Eres ya sabes; la brisa, a veces en calma otras en agonía, tempestad, incomprensión o un sorbo de tu corazón. Estos últimos días a tu lado, sin verte, tocarte, mirarte; te he mirado más que en todos los años que te conocí, te he mirado el alma y hemos reído de las desgracias del otro como si fueran nuestras, porque quizás también lo han sido. Es curioso lo que hace el silencio de la vida cotidiana, nos desnuda la esencia y por suerte no hay que tener vergüenza, somos tan humanos como las viviencias nos permitió ser, tan nosotros como las vueltas del destino nos llamó por nuestro nombre. Y aquí estamos, como una tarde en la montaña, tus palabras tan suaves y devastadoras, mis respuestas tan soñadoras y desequilibradas, tan parecidos pero tan distintos, espejos que se rompen frente a frente y el tiempo que corre...

Vino, como sus ojos (Carta a mi no Sharky)

Querido Sharky boy, es tu turno. No hace tanto que nos conocemos y se siente una casa cada abrazo tuyo. Llegaste un día como una persona sin miedo y traspasaste todas mi murallas, pusiste tus manos en mi espalda y sonreiste con tanta confianza que cerré los ojos y fui a la Luna por unos minutos, no sé si fueron los fragmentos de literatura con lo que captaste mi atención o esa pasiva agresiva forma de ser la que nos unió. Nos reconocimos pronto entre cervezas, vino, tequila y otros amigos. Fuimos ya sabes tan rápido como fue posible y luego caminamos tan lento como la brisa nos permitió sentirnos. Las aventuras contigo parecen siempre estar a la vuelta de la esquina pero está noche nos separa la fantasía de un fin del mundo que no acabará.  Te escribo porque eres el mordelon de sueños y el dador de sonrisas, porque conocerte es una película de ficción en medio de un drama sin precaución de cualquier fatal escritor que quiere ser famoso por convicción. Porque al llegar el ocaso reco...

Lazos (Carta a L.A.R.)

Para L.A.R. No te conozco a profundidad y aún así te recuerdo desde niño, tu sonrisa, tu humanidad, tu extrañable personalidad. No compartimos mucho tiempo pero somos familia y me agrada saber que es así. Debes creer que es raro que seas la tercera persona a quien va dirigida una de mis cartas, fue una elección natural, sabía que debía ser para ti, debes saber que te sigo silenciosamente y de vez en cuando me preguntó que va de tu vida, de tus pensamientos, de tus guerras y las ironías. Me agrada saber que lo llevas a tu modo, a tu ritmo, a tu estilo, con tus propias creencias, que pese a que el mundo da mil vueltas tu eres, en medio de las agonías, de lo común, en medio del sol y la lluvia. Debo confesar que te elegí porque siento que tenemos cosas en común y son más fáciles las palabras en verso, que los susurros que rebotan de los labios. Pero me gusta que no callas, que no temes, que vives, que los pasos son firmes, aunque sean cortos y que la noche no te consume, como consumen los...

Siesta (Carta a S.M)

Para S.M. el burges. Conocerte fue el descanso que sienten los días después de una rutina interminable, tienes la forma geométrica del cuadrado, equilibrado por todos lados.  Te escribo porque has logrado agradarme, sobretodo después de tu gritos eufericos en medio de cualquier batalla, nunca te callas, eres como el viento que resopla en tu mejilla y baila seguro de que la brisa es tu mejor regalo. Me gustan las personas con algo que decir, con algo que reclamar, con algo que contradecir, me gusta que me obligaras a gustarme, después de largas charlas sobre los gustos que no quiero tener por nadie.  El agradecimiento es un sentimiento que se siente pocas veces pero contigo, es como tomar un siesta plácida en la cama, bajo la lluvia, en la montaña. Es curioso lo que transporta tu alma, sobre todo después de verte cantar desafinado con el espíritu encendido y bailar sin sentido el ritmo de una canción que nos mueve el ombligo. A metros de ti. Aranttza.

Holocausto (Carta a J.A.)

Para J.A. Todos los días parecen grises pero no hay lluvia y no sabes los colores que la lluvia trae al corazón, son como sorbos de respiros en medio del océano que te ahoga.  Faltan 21 días para que los años te den una vuelta en el sol. Lo curioso es que en 21 días se crean costumbres, no necesitas más, no necesitas menos, solo 21. Me preguntó que puede cambiar en aquellos días, quizás llueva, quizás el café que te hace el amor te mantenga caliente el corazón, quizás las noches sean más templadas y los días menos agitadores del tiempo ver pasar desde la misma ventana. Quizás todo sea igual pero la que sea diferente seas tú, somos como ríos, que al mirarnos al espejo nunca llegamos a ser los mismos.  Ahora que lo pienso el holocausto está en los pensamientos y no en el viento, como no lo hacen creer las noticias.  Así bueno yo te invitó por medio de estar carta digital y moderna a qué te sacudas de un solo tirón y porque no, hagas el baile del tiburón.  A qué los 21 ...