No es una clase de amor propio.

¿Sabes qué se siente tener el corazón herido?
Creo que a todos nos ha golpeado la decepción, la traición, una mentira, un amor, un amigo, un familiar.

Pero el peor golpe que recibí en mi vida, me lo di yo misma.

Hablar de amor propio parece fácil pero sigue siendo de esas posiciones casi imposibles de alcanzar. Y es que los corazones rotos tardan mucho en madurar y sanar. Sin madurez la sanación es un curita que se desplegará constantemente de la herida.

Pero amigos ¿Qué pasa cuando somos adictos a nuestro auto sabotaje? ¿Cuándo no encontramos otra forma de sentirnos vivos más que en el caos que causamos? Entonces es cuando ni la madurez alcanza para salvarnos de nosotros mismos.

El amor propio en una fruta podrida también huele mal, sabe mal, ni sus semillas sirven para florecer. Pero ¿Estamos podridos o solo sabemos vernos así? 

A mí me marcó mucho esa frase de "quién te hizo tanto daño " para creer que esta es la única forma.  Y lo real es que todos fuimos azotados por la vida en diferentes formas, unos más que otros, unos asumieron mejor que otros, yo aunque aprendí durante toda mi vida a la fuerza, soy de esas que se dan contra la pared hasta que se rompen para luego tomar cada pedazo y unirlo, como si eso fuera vida.

Solo que ya no puedo darme duro y empezar de cero, porque estoy en una etapa dónde desmoronarse ante una situación no me apetece y es que quizás he construido con lágrimas algo de amor propio, sin embargo la vida sigue dándome señales de que hay aspectos dónde el caos me gana y mi fe en mi se va en caída libre.

Así que después de las lágrimas y el miedo que te susurra al oído... "Aún no puedes" te levantas y con el corazón como Pinocho mal herido, lo haces nuevamente. ¿Sabés por qué?
Porque hay guerras que se ganan aún después perder todas las batallas. Nadie las hará por ti, aún más cuando esa guerra sea contra tu mismo.


Call me Roma.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Discurso sobre el amor (Es tan obvio que no creemos que sea cierto)

Sobrevivir y revivir, vivir

Lazos (Carta a L.A.R.)